La época de
exámenes había tomado un receso.
Hace casi 2
semanas que no se veían.
El mayor lo
sabía: el pelicastaño estaba enojado y no quería verlo ni siquiera por error.
-
“y
dile que no se olvide de utilizar acentos cada vez que le mande mensajes
amorosos a esa perra!”
-
Fueron las
palabras que le habían hecho llegar a Yoochun mediante el rubio.
Era viernes
a la noche, y él se encontraba pensando nuevamente en Junsu. Estaba sentado,
bebiendo en algún lugar junto a Jaejoong y Yunho, que poca atención parecían
mostrarle.
Yunho se había
vuelto casi un idiota enamorado desde que había conocido al rubio. Al pelinegro
le causaba risa, pero en parte, también envidia.
Sabia de la
oscura historia de su amigo antes de conocer Jaejoong. Sin embargo, éste había
apostado al cambio solo para poder lograr que él lo aceptase.
Yoochun, lo
había admitido hace mucho: quería ese mismo destino, con Junsu.
Pero su
historia era un poco mas complicada por supuesto.
No iba a
negar que extrañaba pasar noches junto a Yoe Hee, pero sabía que eran los
efectos de su primer amor, de su primera vez.
Desde hace más
de 5 años venía encontrándose con ella, incluso antes de que se comprometiera
con el señor Kim.
Sufrió
demasiado al principio, al enterarse que su pareja era nada mas ni nada menos
que el padre de uno de sus mejores amigos: Zuno.
Y desde la
primera vez que piso su casa y vio a Junsu correteando por ahí, sintió que era
mejor alejarse, ya que ese chico era especial para él.
Su vida se
volvió callejera, y poco a poco la culpa ya no formaba parte de él. Así también
conoció a Yunho, que tenía una historia, más o menos parecida.
Todo pintaba
oscuro y entregado al placer hasta que se cruzo, aquel día en la universidad,
con los ojos a Junsu.
No sabia
que era, pero si sabia lo que sentía: ganas de estar con él, de hacerlo sonreír,
de abrazarlo, besarlo, pasar horas contándole historias, caminar juntos como
una pareja lo haría.
También
sabia que le daba miedo que él lo odiara de nuevo como antes, que se valla con
una mujer y porque no… con otro hombre.
Eso
explicaba el porque de la desconfianza hacia Changmin y Jaejoong al principio.
Yunho lo despertó
de su nube de pensamientos no muy pasivamente… pero ya era tarde y el clima no favorecía
en nada.
-
Oye
Yoochun, Jaejoong y yo nos iremos a mi casa.
-
Otra
vez te lo llevas?
-
Yunho…
no hace falta... – el rubio seguía mostrándose avergonzado cada vez que lo amigos del moreno le hablaban – si quieres…
solo puedo tomarme un taxi e irme a la mía…
-
Quiero
que vengas a la mía… - con la intención de molestarlo, el moreno, se acerco a
su cuello y le susurro despacio algunas que otras lindas palabras, la cara del
pelinegro era fatal en ese momento.
-
Ya
paren ustedes dos… escucha Jaejoong, sabes donde esta Junsu ahora?
-
Hoy
es viernes?
-
Si…
hoy es viernes.
-
Mmm
no lo se…
-
Ni
que él fuese su madre Yoochun…
-
No…
pero tal vez lo sabe…
-
A
si si, probablemente tomando sus clases de natación… siempre lo hace los
viernes, sábados y domingos por la noche.
-
En
el club de la universidad?
-
Si
ahí mismo…
-
Muchas
gracias rubio...
Tomo su
mochila y rápidamente salio caminando hacia la puerta, suponía que a la pareja
no le iba a molestar la ausencia de un saludo.
-
Preparado
para ser rechazado Park? Igualmente… suerte!
-
El
no va a rechazarme Yunho… encárgate de hacer feliz a tu novio.
-
Jaja, solo quería desearte buena suerte
malhumorado….
Una linda y
extraña escena iba a desarrollarse en la puerta de la universidad esa noche.
Yoochun tendría
toda la paciencia del mundo y estaba dispuesto a esperar hasta la hora que sea
necesaria.
Pasada la
media noche, ya bajo una leve llovizna, vio salir a Junsu con un bolso en la
mano, caminando tranquilo, acompañado de un muchacho que solía ver en la
universidad.
Jamás le había
caído bien… menos ahora, que amanazaba con llevarse las sonrisas de Junsu, esas
que a él, tanto le gustaban.
Se bajo del
auto ignorando el hecho de que sus ropas iban a mojarse y pudo notar la cara de
sorpresa del menor.
Su
acompañante lo saludo cortésmente y luego abrazo al pelicastaño para
despedirse.
Eso de algún
modo le había echo hervir la sangre.
Era tarde y
ya era peligroso encontrarse ahí, por lo que decidió hablar en otro lugar.
-
Vamos
junsu, sube a mi auto, te llevare a tu casa…
-
Estas
loco?... ni lo pienses!
-
Tu
estas loco? Piensas caminar solo de noche y encima bajo la lluvia.
-
Si
porque no? Antes que estar contigo!
-
No
seas caprichoso, solo hablaremos…
-
No
necesito hablar… mándame un mensaje como ultima opción… vuelve a tu casa!
Dejo a yoochun con la palabra en la boca y comenzó
a caminar lentamente. El mayor no podía seguirlo, no podía dejar el auto
estacionado en el medio de la calle.
Opto por subirse y conducir despacio a su lado.
En algún momento, el orgullo del menor podría debilitarse.
Le gritaba desde el auto en movimiento, pero
Junsu solo parecía ignorarlo.
-
idiota,
esta comenzando a llover! Sube al auto!
-
Por
que no te largas de una buena vez?
-
Llevo
más de 5 cuadras siguiéndote, no voy a darme por vencido…
-
Pues…
faltan dos para llegar a mi casa y deberás quedarte en la puerta, porque no voy
a dejarte entrar…
-
Le
pedire a Yoe Hee que lo haga… - era la peor broma, en el momento menos
adecuado, pero simplemente salió y lo hizo reir a el mismo.
-
Eres
realmente mas idiota de lo que pense! – se dirigió hacia el auto y lo pateo
enojado, yoochun solo se quedo mirándolo sorprendido… parecían una de esas
parejas agresivas que no pueden controlar sus discusiones – Yoe Hee esta de
viaje!
-
Voy
a denunciarte, romperás el auto, ni siquiera es mío!
-
Ah
no? De quien es?
-
De
yunho…
-
Pufff,
el me cae peor, se llevo a mi amigo! – volvió a patear el auto y pudo notar la
cara de odio del mayor asechándolo.
Junsu se
echo a correr en ese instante, Yoochun solo pisó el acelerador.
Lo espero
en la puerta de la casa, ya que había llegado primero… no iba a dejarlo pasar
sin que antes lo escuche.
El
pelicastaño llego y trato de esquivarlo, pero sin éxito, ya que lo tomó por el
brazo en ese instante y lo obligo a quedarse quieto delante de él.
-
Ya
terminaste con tu escena?
-
Noo…
recién estoy comenzando… - le era fácil comportarse como un caprichoso frente a
Yoochun… por lo que terminaba dedicándole tontos pucheros que solo hacían
enfurecerlo un poco más. El mayor intento besarlo como primer reflejo, pero
Junsu no se lo permitió.
-
Estas
haciéndome enojar…
-
Entonces
estaremos los dos enojados Chun..
-
Chun?
-
Si…
chun, chunnie, no te llama así Yoe Hee?
-
En
realidad, no… - Junsu se sonrojo, ya que
el solo le había colocado apodos cursis al pelinegro. – pero si quieres… tu
puedes llamarme así…
-
No
me toques yoochun! – grito el menor al sentir sus manos rodeándole la cintura –
no quiero perdonarte!
-
Junsu…
yo jamás le envié esos mensajes de los que Jaejoong me hablo…
-
Entonces
como es posible que estuvieran en su celular?
-
Porque,
la noche que te traje ebrio a tu casa, yo discutí con ella y me quitó, casi
robó permíteme decirte, el teléfono.
-
Mmm?
-
Al
otro día, cuando fui a buscarte al café, ella estaba esperándome y ahí mismo me
lo devolvió… fue un plan muy elaborado para venir de la mente de Yoe Hee…
-
Por
eso estabas con ella esa tarde….- le respondió aun mas avergonzado, sintiendo
ahora, como las gotas gruesas de la lluvia comenzaban a taparlo.
-
Claro…
no se que habrás pensado, ni que te hayan dicho, tampoco que decían los
mensajes, ya que ella los elimino de mi celular, pero quiero que sepas que
ninguno es cierto…
-
Nada
es cierto?
-
Que
te quiero… eso si es cierto Su…
Yoochun
termino su frase con un beso corto sobre aquel hermoso puchero que Junsu hacia.
Con el tiempo el menor iba a aprender, que el era alguien insaciable, que
siempre iba a estar dispuesto a “jugar” un poco mas, por lo que tampoco era
bueno provocarlo.
La lluvia
los golpeaba, pero era casi invisible para aquellos chicos que, por primera
vez, hacían concientemente las cosas y ya no buscaban nada más que cariño.
Esta vez,
si tenían respuestas. Esta vez, se querían.
Así como
tierno podía resultar Junsu, era el más peligroso de todos. Él mismo pegó más a
Yoochun sobre su cuerpo y comenzó a beber las pequeñas gotas que resbalaban por
su mejilla, quitándole la boca al pelinegro en su intento de profundizar más el
beso.
Este río
apenas, espero a que él menor terminara con las lamidas y luego lo separó, pero
solo para obtener mejor posición a su cuello, el cual iba a llevarse todos sus
besos. Junsu tiro la cabeza hacia atrás, mientras sujetaba la firme espalda del
mayor.
Solo podía
decir incoherencias y ya empezaba a sentir el calor aunque se encontraban en el
medio de una tormenta.
Aquella
deliciosa piel, que moría por probar durante tiempo, hoy le era suya. No dudo
es besarlo, lamerlo y marcarlo cada vez que el era posible, dejando ese húmedo
camino que se perdía con las gotas de lluvia
- Si Yoe Hee pregunta, fui yo el que te hizo
suyo esta noche…
-
mmh
mmh, yoochun, aun no te he perdonado… - sintió como la mano del mayor se
acercaba a su cintura y apretaba su trasero, llamándole la atención por hablar
en un momento así. – Yoochun! Guárdate la mano!
-
Shhh…
ya me haz perdonado Su… siempre morí por hacer eso…
-
Pervertido…entremos…
-
Luego
el pervertido soy yo Su? – le respondió sarcásticamente, ahora llevando ambas
manos a su trasero
-
Sh…
alguien podría vernos, aunque ya sea tarde..
Sujeto al pelinegro y lo arrastro hacia la entrada, abrió la puerta como
pudo, ya que estaba muy ocupado recibiendo besos y tratando de que Yoochun no
siguiera propasandose, aunque en realidad… eso le encantaba.
Las
chaquetas encontraron lugar en el suelo, al igual que las zapatillas que iban
quedando por el camino. No sabían a donde querían llegar pero no podían
quedarse quietos. No había luz, estaban mojados, sus labios hinchados debido a
la pasión, pero… ¿Qué importaba ya?
El mayor desprendió
la camisa del pelicastaño, casi sin que este se de cuenta y la lanzo lo mas
lejos que pudo. Éste no iba a quedarse inmóvil, por lo que traviesamente comenzó
a desabrochar los pantalones del mas alto, que no dejaba de lamer y darle besos
cortos a su cuello, y empezaba a estimular aquellos pequeños montecitos que se
en endurecían cada vez mas.
Comenzaban
a perder el control, el calor ya estaba molestándoles y no tenían mas
pensamientos en la cabeza que no fuesen próximos movimientos en aquel juego.
Aquel
juego, que sabían, no estaba del todo bien… pero después de todo, se habían
conocido de una manera bastante “mala” por así decirlo. Le daba un morbo
especial el saber que era el “hijastro” de su amante, pero le preocupa que sea
el hermano de uno de sus mejores amigos.
Yoochun
empujo al menor y rozó su miembro con la pierna apropósito. Sabia que junsu
tenía ahora un problema… y le excitaba de sobremanera verlo así.
A pesar de
tener una tierna imagen de él, sabía que se volvía un diablo cuando se enojaba.
Gimió sin
darse cuenta y rompió de un tirón la camisa del mas alto pudiéndolo ver, por
primera vez, con el torso desnudo. Descubrió así un hermoso tatuaje que tenia
en el pecho. Se quedo observándolo unos segundos, eso llamo la atención del
pelinegro.
-
Que
pasa Junsu, te molestan los tatuajes?
-
No
me gustan… pero se ven lindos en ti… - le respondió sellando su boca con un
beso e invadiendo su cavidad sorpresivamente, aunque no solía ser él, el que
daba los primeros pasos.
-
No
te portes mal… - le llamo la atención con una falsa envestida, que hizo gemir y
retroceder al menor.
-
Chun…
compórtate… - le respondió mientras
jugaba con los mechones mojados que le impedían ver el su rostro.
El beso se
tornaba cada vez mas intenso y sus cuerpos cada vez respondían menos… la luces apagadas
representaban un problema, ya que ninguno sabia que había detrás suyo…
Terminaron tirándose
sobre el sillón… aquel en donde tantas veces se habían desatado discusiones con
Yoe Hee.
Yoochun cayó
sobre Junsu que yacía inmóvil, debido a que los pantalones que llevaba estaban
cargados de agua y le pesaban más de lo normal. O tal vez simplemente, se había
asustado, debido a que sabía que estaban dispuestos a llegar a más.
El rose
repentino de sus entrepiernas al caer, los hizo gemir ronco… y sonrieron casi por
reflejo al notar que ambos se encontraban duros y excitados, a tal punto que
les llegaba a doler.
Yoochun se
acerco a los pezones del menor, y los mordió tortuosamente, haciéndole suspirar
profundo y arquear la espalda inconcientemente. Se echó completamente para
atrás, dispuesto a dejarse hacer. Recorría los brazos del mayor, quitándole las
gotas que los hacían resbalarse sin querer
y lo besaba cada vez que podía. Los rasguños no estaban de más ante los
roces intencionales.
“Lo siento Yoe Hee, esta noche el es mío, o
mejor aún, yo seré suyo”
Sonrió de
inmediato al oír sus pensamientos y abrió los ojos instintivamente al sentir la
mano de Yoochun colándose entre su bóxer y su miembro mientras comenzaba a
masajearlo.
Apenas veía
por la oscuridad pero notó la presencia de una tierna bola de pelos clavándole
la mirada… esa filosa y brillosa mirada que solo… “Tiger” podía tener.
Se
encontraba mirándolos desde que habían llegado? La dulce e ingenua cara del
gato, que se encontraba inmóvil, hizo entrar en razón a Junsu: Zuno se había
llevado a su mascota el día en que decidió mudarse. Solo significaba una cosa…
…Zuno
estaba estaba en la casa
Empujo
inconcientemente a Yoochun y cayeron ambos al suelo, se sonrojo y busco la luz
mas cercana… si su hermano los había visto, el juraba que como mínimo, debía
mudarse de país, aparte de que le dio cierto morbo que Tiger los estuviera
observando tan dulcemente debajo de la mesa.
-
Que
ocurre Junsu! Es solo un gato!
-
Tiger
no vive aquí Yoochun, el vive con Zuno… y que yo sepa, esta mañana no estaba el
felino rondando por las habitaciones!
-
Dices
que la casa no esta vacía?
-
Se
suponía que debería estarlo… Yoe Hee viajo a ver a mi padre, vuelve mañana por
la mañana… Zuno no aviso que vendría…
-
Estas
seguro que es él y no un gato vecino?
-
Es
mi gato, es como mi hijo, sin dudas es él… espera un momento…
Junsu se dirigió
escaleras arriba para revisar las habitaciones.
Ni en la
suya, ni en ninguno de los dos baños, ni en la sala de juego, ni en el antiguo
cuarto de su hermano había nadie.
Le faltaba
solo uno… el cuarto de su padre y Yoe Hee.
No solía
entrar ahí, porque todo le traía muy malos recuerdos… pero era necesario, por
lo que olvido los problemas y abrió la puerta…
[…]
Mientras
tanto Yoochun se encontraba esperando en el comedor. Le llamó la atención un
sobre azul al lado del teléfono. Se acerco a buscarlo aunque sabia que no debía
hacerlo.
Cuando
intento agarrarla, el minino salto sobre su mano y maulló como si lo estuviera
desafiando.
No se dejó
intimidar y se llevo la sobre igual, después de todo, solo era un gato.
Siempre
odié los gatos…los perros son mucho mejor…. – murmuro para sí mismo mientras se
cruzaba con la mirada amenazante de la “tierna mascota”.
Era una
carta importante… era de Zuno. Pensó si seria bueno leerla o simplemente llamar
a Junsu… pero la curiosidad le ganó.
“Junsu,
sorpresa ¿verdad? Vine a Seúl a festejar el cumpleaños de un amigo… me quedaré
dos días y dormiré en su casa. No puedo llevar a Tiger, lo siento. Siento también
el habérmelo llevado sin tu permiso… pero no quería quedarme completamente
solo. Ojala no encuentre Yoe Hee la carta… y si la encuentra ella… o mejor
dicho, si la estas leyendo ahora, quiero que sepas que luces vieja en las fotos
nuevas tuyas que ví.
Cuida a
Tiger hermano… ah perdido su habito de salir a la noche a festejar, ahora solo
duerme y come pescado.”
El primer
pensamiento de Yoochun fue: ¿realmente Yoe Hee esta vieja?. No era la primera
persona que se lo decía… y el segundo: no habrá nadie en casa, Zuno dormirá en
lo de su amigo.
Él y Junsu
se encontraban más que solos…
Genial.
[…]
Al ingresar
a la habitación, junsu se sintió nervioso y extraño. Sabia que esa cama
guardaba los secretos mas horrendos… que el pretendía olvidar.
Se paró
frente a ella y por un momento se quedó pensando en lo que había sucedido… o mejor dicho, en lo que estaba por suceder.
Sintió como
su miembro comenzaba a molestarle… o tal vez jamás lo había dejado de hacer…
tenia la necesidad de controlarse… y un baño de agua fría no era la mejor opción
en ese momento, no con su “amigo” esperándolo abajo.
No seria la
primera vez que él debía “atenderse”, pero le ponía nervioso el hecho de que
Yoochun se encontraba estaba cerca.
No iba a
bajar y simplemente decir: “Chun has algo al respecto”.
Dejo la
mente un blanco y bajo el zipper de su pantalón… introdujo su mano y comenzó a
masturbarse, mordiéndose los labios para que aquellos gemidos no llegaran al
piso de abajo. Comenzaba a sentir esos primeros calores cuando tuvo que
detenerse debido a que alguien entró a la habitación.
-
será
mejor que yo me encargue de esto Su… - Yoochun le susurro esas palabras tan
sexymente al oído, que juraba podría haberse venido en ese instante.
-
Mmm
Chun… no… no hace falta… alguien podría vernos… ahh… - trató de detenerlo pero
falló en reiteradas ocasiones, era demasiado el placer como para usar la cabeza
y la mano del pelinegro tocaba su miembro como si fuera una de esas esculturas
que hay que moldear.
-
Nadie
va a vernos… tu hermano dormirá afuera esta noche…
-
Como
lo sabes?
-
Dejo
una nota… espero no te moleste que la haya leído…
-
Por
supuesto que no ahh…- otro gemido que no podía contener, cuando sintió aquella
dura parte de la anatomía del pelinegro chocando contra su entrada.
Junsu se
giró y apoyo su rostro sobre el aún cuerpo desnudo de Yoochun y le jaló del cabello
indicándole que se acelerara aquellos masajes. Sentía dulces escalofríos por su
espalda y, entre jadeos, dejaba algunos besos en su cuello.
-
No
vamos a hacerlo aquí cierto? – pregunto ingenuamente el pelicastaño, mientras
cerraba los ojos y simplemente se sujetaba del cuerpo mojado del mayor.
-
Y…
por qué no?
-
Es
el cuarto de mi padre…
-
Y?
-
Y…
qué? No es… adecuado… - el pelinegro se quedo callado, esperando a que Junsu dijera
algo más, pero ambos se quedaron en silencio. Ahí recordó: No iba a ser la
primera vez que Yoochun mantuviera relaciones en esta habitación…
-
Ja!
Había olvidado que para ti no es nada complicado profanar camas ajenas…
-
Su…
– le mordió el cuello como si en algo le hubiese molestado el comentario… pero
la realidad era otra… no le importó. El menor se vino al instante en su mano
debido al brusco movimiento de la mordida.
Cayó de
rodillas, debido a los espasmos del orgasmo. Yoochun solo llevo su boca aquel líquido
blanquesino y sonrío al probarlo. – Cuando quieres puedes ser delicioso Junsu…
- continuo jugueteando hasta levantar su rostro y hacerle probar su propio
sabor llevando el dedo a su boca. Junsu, que se encontraba con los labios
entreabiertos, no se pudo negar.
Aun en el
suelo y sin casi nada de ropa, termino de desprender los pantalones y boxers
del mayor, dejando su miembro al descubierto.
Apoyo sus manos en la cintura de Yoochun y comenzó
a usar su lengua para jugar y estimular su miembro. El pelinegro sentía
aquellas lamidas como pequeños golpes, que le hacían sentir un poco mas de ese
placentero dolor. – Mételo de una vez, no seas niño… - Junsu le hizo caso y se
lo llevo completamente a la boca como pudo, ya que seguía sosteniéndose de su
cuerpo.
Ahogaba sus
gemidos y hundía sus dedos en los mechones del menor, incluso hasta se movía
inconcientemente debido a la adicción que tenia por sentir mas y mas placer.
Se detuvo
un momento y sonrío, cuando escucho liberar aire al mas alto…
-
¿Que
dices Chun, lo hago mejor que esa perra? Chupó a penas la punta, solo para
hacerlo escucharlo suspirar enojado.
-
Lo
haces bien… pero aún no alcanza…
-
Idiota…
- bufo molesto y volvió a introducirlo en su boca, esta vez succionando mas
fuerte que antes y deslizando sus uñas por los costados del cuerpo de su
amante, dejándole un camino de piel rojiza
-
Junsu…
ahh… lo estoy haciendo contigo… no… con tu gato… ahh.. – lo ignoró
completamente y siguió con su trabajo – que el gatito tome la leche ahora… -
susurro despacio, antes de venirse en la boca del pelicastaño, que se limpio
los labios y trago lo mas que pudo de su semilla.
-
No
me duras nada Yoochun, te has venido muy rápido… - dijo mientras iba levantándose
y lo besaba lujuriosamente, provocando aquel intercambio de fluidos que los
hizo conocerse y saborearse un poco más.
-
Justo
iba a decirte… que eras más bueno que Yoe Hee pero…
-
Pero
nada Chun…
Se recostó
boca arriba en la cama, esperando a que el más alto se colocara sobre él, mientras
pensaba en aquellas preguntas que iban a atormentarlo mañana.
Le había
hecho sexo oral a Yoochun y realmente se sentía victorioso, y sí que su amante
sabia delicioso.
El
pelinegro, subió tranquilamente sobre él, mientras terminaba por quitarse la
camisa y se perdía en aquellos orbes marrones. Por primera vez, creía que no
estaba siendo odiado y sonreía al sentir, como la piel de su amante,
reaccionaba antes sus delicados toques.
Se
encontraron al final en un impaciente beso… que se convertía en casi una lucha,
que el mayor, iba a ganar de nuevo.
Comenzó Junsu
con las falsas envestidas, tratando de estimular nuevamente a Yoochun… lo
necesitaba…
Sus cuerpos
demandaban el calor del otro, sus mentes querían saber de una vez por todas si
realmente se pertenecían.
Y si que se
querían… se amaban… porque a pesar de todo lo que había ocurrido, y de ser
quienes eran cada uno, pudieron perdonarse y hoy se encontraban en aquella
habitación comenzando a hacer el amor.
-
Solo
mío Junsu…
-
Solo
mío Chun… y nunca mas quiero verte cerca de esa perra…
-
Olvídate
de ella, no se compara contigo…- sonrió bobamente al escucharlo decir eso, el
corazón le latió desbocado como si volviese a ser aquel adolescente enamoradizo
que fue.
Yoochun
sonrío al recordar a Yoe Hee en aquella habitación.
Ni modo…
capaz era cierto que era vieja… y sin contar, que ni una palabra salía de sus
labios cuando tenían relaciones.
Era una
mujer sin alma, era sexo, y de lo más horrible ahora que lo pensaba.
Junsu era
perfecto… era su amante… y hasta su amigo.
Deslizo sus
propios pantalones y se movieron hasta quedar en la mitad de la cama. El menor
jugaba con aquellas miradas lascivas que le estaban haciendo perder el control.
Si no eran suficientes las gotas de lluvia que aún quedaban, sus cuerpos
perlados mejoraban aún más el ambiente erótico de la escena.
-
No
te tardes Chun…
-
Tranquilo
cariño… no me tardaré…
Sabia que
probablemente, iba a ser la primera vez de Junsu con un hombre… por lo tanto
debía ser… “gentil”. Aunque, pensándolo un poco mejor, se estaba comportando
como un gato caprichoso, tal vez debía olvidarse de su lado amable
.
Llevo 3 de
sus dedos a la boca del menor… y se deleito mirando como los chupaba y lamía
lentamente, casi a proposito. Nuevamente se había excitado, solo con verlo.
Maldición,
como podía el menor hacerle perder el
control sin ni siquiera tocarlo!
Gimió
profundo ante aquella escena y el dolor aumento en su miembro… Junsu no estaba
siendo para nada considerado con él.
-
Ahora
abre las piernas…
-
Oblígame…
-
Vamos
chico travieso…
-
Mmm…
-
No
juegues conmigo… - Yoochun le golpeo el muslo izquierdo y luego con la mano
libre, lo obligo a ceder.
-
Auch…
agresivo!
-
Así
te gusta parece…
Se colocó
sobre él en el preciso momento que uno de sus dedos se hundió en la entrada de Junsu. Éste se movió inquieto y cerró los
ojos del dolor. – No… no pares…Chun, siempre imaginé, que dolería al principio…
Mª - libero entre sollozos el menor, incentivándolo a continuar.
El segundo,
lo hizo gemir despacio... podía ver el pecho del pelicastaño bajar y subir
costosamente, casi luchando…
El tercero,
le hizo derramar algunas lágrimas, mas cuando comenzó a moverlos en círculos,
tratando de dilatar su pasaje. Fueron suaves caricias, las que limpiaron
aquellas gotas que se resbalaban por sus mejillas ruborizadas debido a la
excitación.
Saco sus
dedos y lo besó lujuriosamente… tomándolo por sorpresa, a la vez que hundía su hinchado
y molesto miembro en aquella, ahora dilatada, entrada.
Aquel
gemido de dolor, desapareció en su boca…
Se dejo
rasguñar y morder… sabia que aquel dolor era insoportable, y mas aún porque era
su primera vez.
Junsu abrió
los ojos y sujeto el rostro de Yoochun con la fuerza que le quedaba… antes de
asentir e indicarle así, que estaba listo para comenzar con los movimientos.
Mentiría si
digiera que no dolía o que sintió placer desde el principio…
Lo estaba
matando… a tal punto que sentía su cuerpo desarmarse.
Se sujetaba
con fuerza al cuello del más alto y contaba sus suspiros, intentando
distraerse,
Pareció
largo el momento… pero al instante, Yoochun pudo comenzar a envestirlo sin culpa
y con muchas mas fuerza. Realmente se sentía en el paraíso, quería que fuese
suyo y nada más que suyo
…
Los gemidos
de Junsu hacían sonreír satisfecho al pelinegro, que se tomaba su tiempo para
besarle y seguirlo marcando de vez en cuando.
Las piernas
del pelicastaño encerraron a su cuerpo, por lo que el movimiento de los 2 era
aún más sincronizado.
Gemían a la
par… casi inconcientemente.
Yoochun
estaba que ardía con aquellas estrechas paredes aprisionando su erección.
Que rico
era tener relaciones con un hombre! Tiempo ya había pasado desde la última vez
que lo había hecho, porque consideraba que solo había sido para pasar el tiempo
y quitarse las ganas.
Sus manos
se apoyaron sobre la cabecera de la cama, presionando lo mas fuerte posible…
ahogando esos gritos de placer que moría por largar.
Así su
cuerpo, logró aprisionar al pelicastaño por completo entre su pecho y aquellas
sábanas blancas.
Las
envestidas llegaban al punto exacto para hacer que Junsu volara sin darse
cuenta. Gritaba el nombre de Yoochun cada vez que podía… y lo mordía el hombro también.
Sabía
ahora, que no le importaría sentir aquel pequeño dolor cada vez que lo
hicieran, siempre y cuando, lo llenaran así de placer luego… y si que lo estaba
disfrutando…
-
Junsu…
voy a venirme…
-
Hazlo…
-
Ahh…
me perdonarías ahora?
-
Te
quiero Yoochun...mmh… y te perdono, pero por el amor de dios, aún no pares aah…
-
Tranquilo
Junsu-ah, aún no…
Aguantó
unos instantes mas hasta que se corrió dentro del menor y gimieron a la par,
liberando todo ese calor que tenían.
Junsu
limpió las gotas de sudor del rostro del pelinegro y río apenas tratando de
regularizar su respiración. Podía olvidarse de sus actividades como futbolista
por un largo rato, ya que, aunque Yoochun había abandonado su interior, su
entrada seguía latiendo, dejándolo inmóvil.
El
pelinegro soltó aquellas vigas de madera y se recostó a su lado, llevando una
de las sabanas que se encontraba en el piso, sobre el cuerpo del adolorido
Junsu.
Se rió sin
notarlo…
-
de
que te ríes?
-
De
nada…
-
Puff…
-
Sabes?
Esta sin dudas fue la mejor experiencia en esta cama…. – lo beso tiernamente en
los labios… y al no recibir respuesta continuó - eres un desquiciado en la cama
Junsu–ah!
-
Tú
eres el atrevido auch…! – lo alejó de repente avergonzado… y se quejó de aquel
dolor que lo estaba inmovilizando nuevamente.
-
Ten cuidado…
-
Gracias,
lo tendré… - aquella sonrisa típica que daba Junsu, cada vez que respondía con
ironía. – si changmin se entera de esto…
-
Que?
Cual es el problema?
-
Oye..
no seas celoso…
-
Obvio
que lo soy… ahora eres mío o no?
-
Siempre
y cuando no hallan más mentiras…
-
No
las habrá, lo prometo…
[…]
La mañana
siguiente Junsu se levantó tarde…
Como era de
esperarse, Yoochun ya no estaba a su lado.
El reloj
marcaba casi las 12:30… el almuerzo con Jae y changmin tendría que esperar
… o tal vez,
ellos podrían esperarlo a él.
Se levantó
y se miro al espejo… aun estaba desnudo y las marcas en su cuello habían tomado
un color extraño. Sonrió divertido, a Yoe Hee no le gustaría ver eso.
Se puso algo
de ropa como pudo y bajo a desayunar, la muchacha se encontraba peinándose en
el baño.
-
Pensé
que nunca te despertarías mocoso!
-
Ya
me desperté!
-
Tus
amigos te esperan abajo… - lo miré sorprendida al ver que a penas traía puesto
unos shorts como pijama. – vístete bien muchacho! No olvides que vives con una
dama!
-
Ja…
dama?
-
Por
supuesto que sí tonto… ¿Quién habrá sido
la dama que te hizo eso en el cuello?
-
La
más linda de todas… y no, no eras tú…
-
Entonces
dudo que sea la más linda…
Continúo
con su camino y ella con el suyo.
Bajó las
escaleras y ya se encontraban Jaejoong y Changmin mirando la televisión junto a
Zuno.
Corrió a
saludarlos y besó a Tiger en la cabeza, lo tomó de los brazos de su hyung…
-
tiempo
sin verte hyung!
-
Es
verdad Junsu… como has estado? Controlaste a esta loca?
-
Jajaja,
si lo he hecho…
-
Salgamos…
con tus amigos… yo llamaré a los míos…
-
De
acuerdo… Changmin, Jaejoong, ¿Cómo han estado?
-
Bien
Junsu y tú? Fue la respuesta amable del rubio, mientras que el morocho solo
giro la cabeza…
-
Bien
bien…
-
Oigan…
me esperan 15 minutos? Voy a cambiarme…
-
De
acuerdo Junsu, iré a abrirle la puerta a papá…
No llegó a
subir 4 escalones cuando escucho un grito de Yoe Hee, proveniente de la pieza.
Se escucho
como sus tacones se clavaron firmes en el suelo y empezó a caminar hacia
aquella habitación donde todos se encontraban.
-
como
pudiste? Como pudo? Como pudieron?
-
De
que hablas?!
-
De
esto! – la chica sumamente alterada, le arrojó ropa interior en la cara. Junsu
se quedó pensando un momento… ¿Por qué dejo Yoochun su ropa interior?
-
Esta
loco, lo hizo proposito…
-
Tú
estas loco! Llamaré a tu padre y se enterará de todo esto! Te dije que no te
acercaras a él!
-
Me
estas amenazando?
-
Si
Kim Junsu!
-
Perdóname…
pero… eres la menos indicada… - le devolvió la ropa interior, la cual recibió
con desprecio e indignación – si mi
padre se entera que seguiste encontrándote con Yoochun va a dejarte sin parte
de la herencia sabes? Te va a echar!
-
A
quien va a creerle… a ti o a mí?
-
No
tiene que creerle a nadie señorita… - gritó zuno escaleras abajo.
-
Buenos
días señor Kim… - dijeron a la vez Jae y Changmin que se divertían observando
aquella escena, y saludando al hombre, que se encontraba desde la puerta
escuchando la pelea del piso de arriba.
-
Buenos
días muchachos…
La cara de
Yoe Hee se transformó al oír la voz de Sr Kim desde abajo. Trago hondo y
maldijo a Junsu, otra vez… mientras se encontraba quieta al igual que él.
El hombre
camino escaleras arriba, hasta llegar a donde ellos estaban…
-
Yoe
hee, solo voy a decirte una cosa…
-
No
le creas, es todo una trampa, yo ya no me veo más con Yoochun, ES SOLO UNA
TRAMPA! – dijo la chica volviéndose loca, tratando de excusarse, aunque sabía,
ya era demasiado tarde.
-
Si
ya has terminado… déjame hablar…
-
De
acuerdo…
-
Tu
no me amas, y yo tampoco a ti… ya no tienes un centavo en tu cuenta bancaria,
estas en la calle… ya no eliges si irte o quedarte, necesitas hacerlo para
sobrevivir.
-
Seguiré
siendo tu esposa y soportando a tus hijos y no veré ni un solo centavo? Solo por
qué tú quieres? Es injusto!
-
No
Yoe Hee, que te acuestes con cualquier hombre, mientras eres mi pareja, eso es
injusto.
-
Idiotas,
puedo quedarme aquí, pero nada va a ser como ustedes quieren. No van a
arruinarme… no a mí! – respondió la muchacha al borde de un ataque de nervios,
corriendo hacia la pieza y encerrándose allí.
El silencio
fue destructivo en la habitación.
Junsu
agachó la cabeza, Jae y Changmin se retiraron despacio y Zuno solo se sentó
junto a Tiger en el sillón. Bufó por lo bajo al notar que aún se encontraba
mojado… porque la “pareja” no había sido capaz de secarse antes de comenzar a
jugar.
-
Padre…
yo… lo siento tanto…
-
No
me digas nada Junsu… - le sujetó el hombro y lo obligó a mirarlo, iba a ser la única
vez en su vida que expresaría esas palabras para su hijo – mentiría si te dijera
que no escuche toda la pelea, o si… te felicitara por estar con un hombre..
-
Papá…
-
Pero…
te arruiné la vida desde que tu mamá se fue… esta vez, solo te dejaré ir… - los
ojos de Junsu se cristalizaron de golpe, no podía creer que su padre actuara
tan comprensivamente con él, simplemente, creyó que lo mataría.
-
Te
quiero tanto papá…
-
después
de todo hijo… estoy orgulloso de ti…
Fueron las ultimas palabras del hombre, que se
dio media vuelta y se retiro de la casa… probablemente a beber o jugar al golf,
como solía hacerlo cada vez que se estresaba.
Antes de eso saludo a Zuno, que después de
todo, no había hecho nada malo
-
Zuno...
-
Si
papa…
-
Cuando
me presentaras a aquella novia tuya…
-
Ya
la conoces…
-
Mmm?
-
Es
aquella que orgullosamente carga tus papeles…
Lo miró extrañado pero entendió perfectamente
el mensaje… nada mas ni nada menos que Kim Jie Yo, su secretaria desde hace 6
años.
El pelicastaño miro la escena desde arriba
hasta que su padre se retiró.
Zuno subió y lo abrazó, no sin antes decirle:
“dile a Yoochun que le cortaré las manos por haberse aprovechado de mi
hermanito”
Ambos rieron y siguieron su camino… después de
todo, eran hermanos y se entendían más que nadie.
Una sonrisa se dibujó en los labios de Junsu
cuando cruzó la puerta y vio a Changmin y a Jaejoong esperándolo… y mas aún a
leer el mensaje que había llegado a su celular…
“ Buenos días Su… ojala puedas moverte luego de
lo de anoche… te amo y no mas mentiras
si?”
~ Yoochun.
awwwwwwwww!!! que pervertidos >///< me gustó la parte en la que lo "hacían" xDDD y que bueno que a esa brija le salió todo mal ¬¬ y el yoosu ya anda junto y sin mentiras <3
ResponderEliminarme encantooo escribis muy bien... jajajaj la verdad que el papa de Su es re comprensivo yo me hubiera sentido un poquito traicionada, yoochun era amante de su ya ex mujer y ademas enamoro a su hijito lindo, pero que bueno que salio todo bien para los chicos me fascino la parte lemon aunque me parece que Junsu estaba aun un poquito enojado... muy bueno muy buenoooo
ResponderEliminarWooooo Sabes una cosa? de tu fic 15 de diciembre ame las palabras llenas de añoro que Junsu le daba a Yoochun durante los años que lo creyo muerto. La golpiza que llevo a ambis a esa habitacion de hotel y que termino con esa escena dulce y apaciinada en el cuarto de baño.Es serio eacribes increible¡¡¡ tanto que este TwoShot lo leeí sin pausa 😉. Y deja decirte que ame tremendamente ese beso que surgui de la nada entre el Yoosu y este sexy lemmon que te juro cunado Junsu supuso que Zuno estaba en casa creia que se me iba a frustrar peroooo noooo(^.^). Ok me encanto tu final mas con ese Zuno lindo sobreprotector¡¡¡¡ a que a el no le agrada tanto que Lien en Fanservis a su Amado DongSaeng jijiki.Lo contrario de YooHwan que hasta le pidio ser la esposa de su Harmano😉😍😍😍😍 GRACIAS Y OJALA PRONTO TENGAMOS MAS DE TUS CREACIONES.
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